Jardineria
Limpieza de herramientas de jardinería
Es muy importante que limpies tus herramientas después de cada uso, especialmente si las has usado para podar plantas enfermas. Si no lo haces, puedes transferir hongos, bacterias y virus a las plantas sanas.
¿Qué necesitas?
- Agua y jabón: Para remover la suciedad, la savia y los restos de plantas.
- Cepillo de cerdas duras o esponja: Para frotar y limpiar a fondo.
- Desinfectante: Puedes usar una solución de blanqueador con agua (1 parte de blanqueador por 9 de agua) o alcohol isopropílico.
- Aceite vegetal o lubricante: Para proteger las partes metálicas después de la limpieza.
¿Cómo hacerlo?
- Limpia la suciedad: Con el cepillo o la esponja, quita toda la tierra y los restos de plantas de las herramientas. Si la suciedad está muy pegada, puedes remojarlas en un balde con agua y jabón por unos minutos.
- Enjuaga: Lava las herramientas con agua limpia para eliminar el jabón y la suciedad suelta.
- Desinfecta: Sumerge las herramientas en la solución desinfectante por 30 minutos o rocíalas con alcohol.
- Enjuaga y seca: Lava de nuevo las herramientas con agua limpia y sécalas muy bien para evitar que se oxiden.
- Lubrica: Aplica una capa delgada de aceite vegetal o lubricante en las partes metálicas. Esto las protege de la corrosión y las mantiene en buen estado.
Limpieza de áreas de trabajo
La limpieza del área de trabajo es igual de importante para prevenir enfermedades y plagas. Es clave que mantengas tu jardín ordenado y limpio para que tus plantas se mantengan saludables.
¿Qué necesitas?
- Bolsas de basura o compost: Para desechar los restos de plantas.
- Pala, rastrillo y escoba: Para limpiar y recoger los desechos.
- Guantes de jardinería: Para proteger tus manos de la suciedad y los microbios.
¿Cómo hacerlo?
- Retira los restos de plantas: Quita las hojas secas, ramas podadas y plantas enfermas. Tíralas a la basura o en la pila de compost, dependiendo del estado de la planta. No pongas plantas enfermas en el compost, ya que las bacterias, hongos o virus pueden sobrevivir y contaminar la tierra.
- Elimina las malas hierbas: Quita las malas hierbas de forma regular. Al hacerlo, evitas que compitan con tus plantas por los nutrientes y el agua, y también eliminas los escondites de plagas y enfermedades.
- Limpia las macetas y contenedores: Si vas a reutilizar macetas, límpialas y desinféctalas para que no transmitan enfermedades a las nuevas plantas. Para hacerlo, puedes usar el mismo procedimiento de limpieza y desinfección de las herramientas.
- Airea la tierra: Si la tierra de tu jardín está muy compactada, la puedes airear para que haya más oxígeno y menos humedad, lo que ayuda a que las plantas crezcan mejor y previene el crecimiento de hongos y bacterias dañinos.
Consejos adicionales
- Poda con cuidado: Cuando podes, asegúrate de hacer cortes limpios para que la planta se recupere más rápido. Usa siempre herramientas afiladas y desinfectadas.
- Riega con precaución: Evita mojar las hojas de las plantas al regar, ya que el exceso de humedad en el follaje es la causa de muchas enfermedades fúngicas.
- Chequea regularmente: Revisa tus plantas con regularidad para detectar los primeros signos de enfermedades o plagas. Si actúas rápido, puedes evitar que se propaguen.
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